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Preguntas
frecuentes

¿Qué es una alimentación equilibrada y cómo puedo lograrla?

Una alimentación equilibrada es aquella que incluye una variedad de alimentos en proporciones adecuadas para satisfacer las necesidades nutricionales del cuerpo. Esto significa consumir carbohidratos, proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales en cantidades equilibradas. Para lograrla, es importante incluir frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y tubérculos, fuentes de proteína y grasas saludables como el aguacate, el aceite de oliva o los frutos secos.

Además, evita alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares añadidos, grasas trans y sodio. Una regla sencilla es llenar la mitad del plato con vegetales, un cuarto con proteínas magras y el otro cuarto con carbohidratos integrales. También es esencial mantener una buena hidratación y escuchar las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo. Para personalizar tu dieta, consulta a un especialista en nutrición que evalúe tus necesidades específicas.

¿Cuántas comidas debo hacer al día para estar saludable?

El número de comidas depende de tus necesidades, horarios y preferencias personales. Tradicionalmente se recomienda hacer entre 3 y 5 comidas al día, incluyendo desayuno, almuerzo, cena y, opcionalmente, una o dos colaciones. Sin embargo, no hay un número único que funcione para todos.

Lo más importante es que las comidas sean equilibradas y te proporcionen la energía y los nutrientes necesarios para tus actividades diarias. Algunas personas prefieren comer cada 3 o 4 horas, mientras que otras se sienten mejor con menos comidas más abundantes. La clave es mantener una alimentación consistente, escuchar a tu cuerpo y evitar periodos prolongados sin comer que puedan llevar a comer en exceso más tarde. Consulta a un nutricionista para encontrar la estrategia que mejor se adapte a tu estilo de vida.

¿Es necesario eliminar los carbohidratos para perder peso?

No, no es necesario eliminar los carbohidratos para perder peso. Los carbohidratos son una fuente importante de energía para el cuerpo y el cerebro. Lo clave es elegir carbohidratos de calidad, como cereales integrales, legumbres, frutas y verduras, y moderar el consumo de carbohidratos refinados o ultraprocesados, como dulces y refrescos.

La pérdida de peso ocurre cuando consumes menos calorías de las que quemas, pero eso no significa que debas eliminar grupos enteros de alimentos. De hecho, una alimentación baja en carbohidratos puede ser difícil de mantener a largo plazo y afectar tu salud si no está bien planificada. En lugar de enfocarte en eliminar, piensa en equilibrar y combinar carbohidratos con proteínas y grasas saludables. Siempre es mejor buscar el asesoramiento de un especialista en nutrición antes de hacer cambios drásticos en tu alimentación.

¿Cuánta agua debo beber al día?

La cantidad de agua que necesitas depende de factores como tu edad, género, nivel de actividad, clima y estado de salud. Una recomendación general es beber entre 2 y 3 litros de agua al día, lo que equivale aproximadamente a 8 vasos. Sin embargo, esta cifra puede variar.

El cuerpo tiene mecanismos para indicar si necesitas más líquidos, como la sed. Otro buen indicador es el color de tu orina: debe ser clara o ligeramente amarilla. Las personas que hacen ejercicio intenso, viven en climas cálidos o están embarazadas o lactando pueden necesitar más agua. También puedes complementar tu hidratación con alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. Recuerda que no todas las bebidas cuentan igual; evita refrescos azucarados y bebidas energéticas. Escucha a tu cuerpo y mantente hidratado durante todo el día.

¿Qué alimentos debo evitar para llevar una dieta saludable?

Evitar ciertos alimentos puede ayudarte a mantener una alimentación saludable y prevenir enfermedades. Entre los alimentos que es mejor limitar están los ultraprocesados, como snacks empaquetados, galletas, refrescos, embutidos y comida rápida. Estos suelen ser ricos en azúcares, grasas saturadas o trans, y sodio, que pueden contribuir a problemas como obesidad, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Además, trata de evitar los alimentos fritos o rebozados y aquellos con edulcorantes artificiales en exceso. En lugar de enfocarte únicamente en lo que debes evitar, concéntrate en lo que puedes añadir: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y tubérculos, fuentes de proteína y grasas saludables. Recuerda que hablamos de limitar o evitar y no de prohibir, no olvides ser flexible contigo mismo, la vida es dinámica y adaptarnos a ella sin culpabilizarnos también es parte de una vida saludable.

¿Qué puedo hacer para mejorar mi digestión?

Mejorar la digestión empieza con una dieta rica en fibra, que incluye frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. La fibra ayuda a regular el tránsito intestinal y previene problemas como el estreñimiento. Además, asegúrate de beber suficiente agua, ya que la fibra necesita líquidos para funcionar correctamente.

Mastica bien los alimentos y come despacio para facilitar el proceso digestivo. También es importante evitar comidas muy grasosas o pesadas, especialmente antes de dormir. Mantener una rutina de ejercicio regular y reducir el estrés también puede beneficiar tu digestión. Si experimentas molestias frecuentes, como hinchazón, acidez o dolor, consulta a un especialista para identificar posibles intolerancias o afecciones como el síndrome del intestino irritable.

¿Es malo comer antes de dormir?

Comer justo antes de dormir no es necesariamente malo, pero depende de lo que comas y en qué cantidad. Las comidas abundantes, grasas o picantes cerca de la hora de acostarte pueden causar indigestión y dificultar el sueño. Sin embargo, una cena ligera y equilibrada puede ser beneficiosa, especialmente si tienes hambre.

También es importante evitar la cafeína, el alcohol y los azúcares refinados por la noche, ya que pueden interferir con tu descanso. Escucha a tu cuerpo y ajusta tus hábitos de acuerdo con tus necesidades.

¿Cómo influye la alimentación en el estado de ánimo?

La alimentación tiene un impacto directo en el estado de ánimo y la salud mental. Nutrientes como los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados azules, y el triptófano, que se encuentra en huevos, plátanos y frutos secos, ayudan a producir serotonina, conocida como la «hormona de la felicidad».

Una alimentación alta en azúcares refinados y alimentos ultraprocesados puede causar picos de energía seguidos de bajones, lo que afecta tu humor. Además, una dieta pobre en vitaminas del grupo B, magnesio y zinc se ha relacionado con mayores niveles de estrés y ansiedad. Comer bien no solo alimenta tu cuerpo, sino también tu mente. Para mantener un estado de ánimo estable, opta por una dieta rica en alimentos naturales y variados.

¿Cuáles son los mejores snacks saludables?

Los mejores snacks son aquellos que combinan proteínas, fibra y grasas saludables para mantenerte saciado y con energía. Algunas opciones incluyen: Un puñado de frutos secos y una pieza de fruta, palitos de zanahoria o apio con hummus, yogur natural con fruta y semillas, un huevo duro y una rebanada de pan integral, un batido de frutas con leche vegetal o bebida vegetal. Elige opciones que sean fáciles de preparar y que se ajusten a tus necesidades.

Evita snacks empaquetados altos en sal, azúcares o grasas trans. Comer snacks saludables entre comidas puede ayudarte a mantener un nivel constante de energía y prevenir el hambre excesiva en las comidas principales.

¿Cómo afecta el estrés a la alimentación?

El estrés puede tener un impacto significativo en los hábitos alimenticios, de tal forma que puede hacer cambios importantes en el consumo de alimentos y en la conducta alimentaria. Por tanto, puede llevar a falta de apetito, compulsividad o desinterés por la comida.

Además, el cortisol producido en exceso por un estrés crónico lleva a la ingesta de productos de alta densidad energética y baja calidad nutricional además de que este estrés nos produce una necesidad de consumir alimentos que nos producen sensaciones placenteras y compensatorias al estrés ya que estimulan a nuestro organismo a producir endorfinas y serotoninas. Estos alimentos de baja calidad nutricional suelen ser bollería, chocolates y alimentos altos en grasas saturadas, aunque no siempre tiene que ser así. Estos alimentos se consideran disruptores de los procesos de regulación del apetito. Por todo esto, será ideal mantener una alimentación saludable para ayudar a nuestro organismo a su correcto funcionamiento, además de dormir lo suficiente y practicas técnicas de relajación.