En el mundo de la nutrición, es fácil encontrar información contradictoria que puede confundir incluso a las personas más interesadas en mantener un estilo de vida saludable. Las redes sociales, los consejos de «amigos expertos» y la falta de educación alimentaria suelen dar lugar a mitos que se extienden rápidamente. Hoy, queremos ayudarte a aclarar algunos de los mitos más comunes sobre la alimentación saludable y ofrecerte datos respaldados por la ciencia.
Comer carbohidratos por la noche engorda
El mito: Muchas personas creen que comer carbohidratos en la cena provoca aumento de peso porque «el cuerpo no los quema mientras duermes».
La realidad: El aumento de peso no depende del momento del día en que comes los carbohidratos, sino del balance energético total: es decir, las calorías que consumes frente a las que gastas. El cuerpo no tiene un reloj que active o desactive la acumulación de grasa según la hora. Si tu ingesta calórica diaria está equilibrada y ajustada a tus necesidades, comer carbohidratos por la noche no te hará ganar peso.
Consejo: Los carbohidratos son una fuente importante de energía, y consumirlos por la noche puede ser beneficioso si, por ejemplo, haces ejercicio a última hora del día o si necesitas favorecer la recuperación muscular.
El agua con limón, en ayunas, quema grasa
El mito: Beber agua tibia con limón en ayunas es promovido como un «truco» para adelgazar rápidamente y «desintoxicar» el cuerpo.
La realidad: El agua con limón no tiene propiedades mágicas para quemar grasa ni desintoxicar el cuerpo. Aunque es cierto que el agua con limón puede ser una buena forma de hidratarte y que la vitamina C del limón tiene beneficios para la salud, no existe evidencia científica que respalde su efecto adelgazante. La «desintoxicación» ya la realiza tu cuerpo de manera natural a través del hígado y los riñones.
Consejo: Si te gusta el sabor del agua con limón, sigue tomándola, pero recuerda que no reemplaza una dieta equilibrada ni el ejercicio.
Los alimentos light no engordan
El mito: Los productos etiquetados como «light» o «bajos en calorías» son vistos como alternativas que no contribuyen al aumento de peso.
La realidad: Aunque los alimentos light contienen menos calorías, grasas o azúcar que sus versiones originales, esto no significa que sean libres de calorías. Muchas veces, los fabricantes añaden otros ingredientes (como almidones o edulcorantes) para mejorar el sabor, lo que puede aumentar su densidad calórica. Además, las personas tienden a consumir más cantidad de estos productos pensando que son «inofensivos».
Consejo: Lee siempre las etiquetas nutricionales y presta atención al tamaño de las porciones. Los alimentos light pueden ser útiles en algunas dietas, pero no son un pase libre para comer sin moderación.
Las grasas son malas para la salud
El mito: Durante años, las grasas han sido demonizadas y consideradas culpables de la obesidad y enfermedades cardiovasculares.
La realidad: No todas las grasas son iguales. Las grasas trans y las grasas saturadas consumidas en exceso pueden ser perjudiciales para la salud, pero las grasas saludables (como las presentes en el aguacate, el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado azul) son esenciales para el funcionamiento del cuerpo. Estas grasas aportan energía, ayudan a absorber vitaminas y contribuyen a la salud cerebral y cardiovascular.
Consejo: Incluye grasas saludables en tu dieta y reduce el consumo de alimentos ultraprocesados ricos en grasas trans. La moderación y la calidad de las grasas que consumes son la clave.
Saltarse comidas ayuda a adelgazar
El mito: Saltarte comidas, como el desayuno, puede parecer una estrategia rápida para reducir calorías y perder peso.
La realidad: Saltarse comidas no solo no garantiza la pérdida de peso, sino que puede tener efectos negativos en tu salud y metabolismo. Cuando pasas largos períodos sin comer, tu cuerpo puede entrar en «modo ahorro» y disminuir el gasto calórico. Además, es más probable que termines comiendo en exceso en la próxima comida debido al hambre acumulada.
Consejo: En lugar de saltarte comidas, opta por consumir alimentos ricos en nutrientes en porciones adecuadas y distribuidas a lo largo del día. Esto ayudará a mantener estables tus niveles de energía y apetito.
Los superalimentos son imprescindibles para estar sano
El mito: Productos como la chía, la quinoa, la espirulina o el açaí son promovidos como superalimentos que ofrecen beneficios extraordinarios para la salud.
La realidad: Aunque estos alimentos son ricos en nutrientes y tienen propiedades beneficiosas, no son indispensables para una dieta saludable. Muchos alimentos comunes, como las lentejas, el brócoli o la avena, también son excelentes fuentes de nutrientes y son más accesibles. Lo importante es la variedad y el equilibrio en tu alimentación.
Consejo: No te dejes llevar por las modas. Consume alimentos frescos y locales siempre que sea posible, y asegúrate de incluir una amplia gama de frutas, verduras, legumbres, granos integrales y fuentes de proteína.
